¿Qué es una otitis externa?
La otitis externa difusa u «otitis del nadador» consiste en una inflamación de origen infeccioso que asienta en la piel del conducto auditivo. Puede llegar a afectar al pabellón auricular y a la capa externa del tímpano. Normalmente está causada por una bacteria, frecuentemente Pseudomonas aeruginosa o Staphylococcus aureus. Otras bacterias u hongos pueden también ocasionarla.
El tiempo cálido y el exceso de humedad favorecen la aparición de la otitis externa, en verano es cuando mayor número de personas padecen esta infección. Practicar natación o los baños prolongados son muchas veces el origen, de ahí la denominación de «otitis de los nadadores».
Síntomas y tratamiento
Principalmente este problema ocasiona dolor, que puede llegar a ser bastante intenso, así como sordera y sensación de taponamiento ótico. Al ser una infección muy localizada normalmente no ocasiona fiebre. El oído puede drenar un exudado purulento. Tanto el diagnóstico como el tratamiento de este problema debe realizarlo un médico. Generalmente se prescribe un antibiótico tópico (gotas de antibiótico) que actua por contacto directo con la zona afectada. En ocasiones, dada la gran inflamación del conducto auditivo, se introduce en el mismo un pequeño trozo de gasa o esponja para que el medicamento penetre con más facilidad.
Las gotas antibióticas se aplican 2 ó 3 veces al día, y tras aplicarlas hay que mantener la cabeza de lado durante unos minutos para que se impregne bien el oído. En unos 7 – 10 días se termina el tratamiento y ceden los síntomas, periodo en el cual hay que evitar mojar el oído para facilitar la curación.
Prevención
Se ha relacionado el grado de contaminación de las aguas de baño con la aparición de la otitis externa, así como los baños en piscinas con agua caliente, aguas termales o bañeras de hidromasaje. Por esto es importante que los parámetros del agua (como el pH o el nivel de cloro) estén controlados y dentro del rango apropiado.
Podemos protegernos del problema manteniendo los oídos lo más secos posible. Después de nadar o ducharse hay que secarse bien la oreja con una toalla. Si ha entrado agua en el conducto auditivo se puede inclinar la cabeza hacia los lados para facilitar su salida. Nunca hay que usar bastoncillos o introducir objetos en el oído para sacar la cera o la humedad que pueda haber.
En general, si el oído está sano, no es preciso usar tapones para bañarse. La cera del oído tapiza la piel del conducto y sirve de barrera contra la infección.
Si quiere más información…
https://kidshealth.org/es/parents/swimmer-ear-esp.html
https://www.cdc.gov/healthywater/swimming/esp/ear-infections-esp.html